A cinco meses de que el Gobierno de Gabriel Boric presentara el proyecto de ley para establecer un nuevo sistema de financiamiento para la educación superior (FES), en reemplazo del Crédito con Aval del Estado (CAE), el texto experimentó sus primeras modificaciones como resultado de las recientes reuniones con actores políticos en las mesas de trabajo realizadas en la Comisión de Educación.
Estos primeros ítems en ser modificados son, según detalla La Tercera, “si una persona con un título técnico superior financiado con Gratuidad o FES puede acceder nuevamente al beneficio para estudiar por un título profesional sin las restricciones sobre necesariamente ser una carrera afín que pone el proyecto original, o que los excedentes del Fondo Solidario de las universidades que participen del plan de condonación podrán destinarse a financiar gastos de investigación o de atracción a carreras pedagógicas“.
En segundo lugar, según detallan en el mismo periódico, está relacionado con una especie de “cuotón” para quienes sean beneficiados con la condonación de parte de su deuda CAE. “Ahora se estipula la posibilidad de pagar tres cuartas partes de su nueva deuda en hasta doce cuotas mensuales sucesivas“. Eso sí, si la persona que accede a este beneficio no cumple con sus cuotas mes a mes, se cancelará automáticamente lo ofrecido y deberá seguir pagando con total normalidad.
No obstante, el mismo diario resalta que varios de los actores políticos consultados sobre estas modificaciones -sin revelar nombres para proteger la fuente- han reconocido que los puntos modificados no forman parte de los ejes críticos del proyecto, según lo definido en las últimas reuniones de la Comisión de Educación.
Ante esta situación, el Ejecutivo tomó la decisión de otorgar suma urgencia al proyecto, para que así sea prioridad en los debates entre los parlamentarios. Esto provocó la molestia de algunos diputados en la bancada de Renovación Nacional. Hugo Rey, Marcia Raphael y Diego Schalper, todos RN, dicen que “el Gobierno le cierra la puerta al diálogo. Esto equivale a censurar cualquier posibilidad de discusión razonable, imponiendo sus términos y cerrando la posibilidad de presentar indicaciones en la Sala“.
Esto demuestra que una parte de la Oposición mantendrá su postura firme de no aprobar el proyecto FES a menos que se modifiquen ciertos aspectos críticos y específicos del mismo. Por su parte, desde el Gobierno reconocen la necesidad de trabajar en esos puntos y afirman que esperan analizarlos en conjunto con los actores políticos en nuevas mesas de diálogo antes del debate en el Congreso.