¡Le dijo chao al CAE! Felipe Farfán se liberó de pagar $12.387.33 al Banco Itaú

"Pude surgir de muchas otras maneras, así que pruébenlo, háganlo, atrévanse sin miedo al éxito, viejo”

Felipe Farfán es Ingeniero Acuicultor, carrera que estudió en la Universidad Andrés Bello. Para poder estudiar dicha profesión, Felipe cuenta que no tenía más opciones que firmar el Crédito con Aval del Estado (CAE), ya que, salvo un pequeño aporte familiar, no contaba con el poder económico para poder costear el ingreso a la Educación Superior.

Me acuerdo que cuando lo firmé, leí rápidamente, porque tampoco tenía mucho tiempo, y nada, lo firmé nomás, entregué el alma al diablo. Por lo menos pude estudiar, pero todavía recuerdo ese momento. Había un montón de gente esperando firmar, como dos horas cada uno esperando”.

Felipe recuerda que su carrera costaba, en el año 2010, cerca de 3 millones de pesos. Sin embargo, en ese entonces el joven estudiante contaba con 250 mil pesos destinados para ver la posibilidad de estudiar una carrera profesional. Felipe vio el CAE como una gran opción, pero al transcurso del tiempo, se fue enterando de lo que realmente firmó.

Era un crédito de consumo, que tú sabes que es a menos tiempo, pero era más difícil pagarlo, entonces el CAE era mucho más asequible, o lo que se mostraba en ese tiempo era una oportunidad de surgir, de crecer, mediante el aporte estatal supuestamente, pero realmente no era así”.

Felipe explica que eran cerca de 1.000 personas quienes estaban haciendo la fila para firmar el crédito, de un total de 15.000 personas citadas para estampar la rúbrica en la entidad bancaria.

Yo todavía me acuerdo que, en ese tiempo, el tope de interés, si mal no recuerdo, era el 4%. Después, con los años, se fue bajando, pero tampoco fue tanto, creo que fue el 2% o el mínimo, pero 4% imagínate, 20 años y en UF, y sigue subiendo”.

Felipe cuenta que, en ese momento, ganaba $500.000, de los cuales $158.000 se iban derechamente a costear parte de su cuota del CAE, es decir, cerca de 1/3 de su remuneración era destinada al crédito. Fue ahí donde se enteró de la aparición del abogado Belisario Prats y Juan Pablo Rojas, con la creación del movimiento Deuda Educativa.

Ahí entendí que en verdad esto no era un crédito social como lo pintaban, pues era un crédito de consumo pero apoyado por el Estado a 20 años.  Ahí empecé a seguir a Juan Pablo Rojas y entendí que la única manera era dejar de pagar. Claro, si me hubiese ganado el Kino o el Loto lo hubiese pagado, pero así trabajando normalmente era difícil pagar esta cantidad de dinero, era absurdo”.

Fue ahí donde apareció Defensa Educación. Felipe generó el primer contacto para exponer su caso, y así iniciar su defensa para liberarse definitivamente de pagar el CAE.

Me acompañaron en todo el proceso, me explicaron todo, cómo debía hacerlo y ahí me empecé a meter. Dije ‘oh, creo que puede ser una opción muy viable’, y comencé”.

Felipe dice que el monto que le cobró el estudio por la asesoría y el proceso fue lo que lo motivó a pagar tranquilamente, además de obtener facilidades de pago, a diferencia de los más de 12 millones que debía pagar al banco Itaú por el CAE.

“Cuando me llegó el correo que me liberé del CAE estaba en el trabajo, así que fue bacán. Al fin me pude salir de esta deuda. Ya me había sacado un peso de encima desde que dejé de pagar, eso igual es importante, pero ya después de que te dicen que ya estás listo, chao, excelente noticia, muy feliz”.

Felipe no duda en exponer su satisfacción por el trabajo realizado por Defensa Educación, ya que, pese a que la deuda decía $12 millones, él sabía que el monto aumentaría con el transcurso de los años producto de los elevados intereses que tiene el CAE.

Todavía me acuerdo de un trámite super engorroso que tienes que ir a la notaría, sacar un certificado de soltería para que después no te cobren la deuda por seis meses, tienes que pagar más, entonces si no tienes pega y tienes que pagar un certificado, es absurdo. Al final te sacas un peso muy grande, porque los trámites no es solamente plata, sino el peso mental de tener que hacer algo, es un proceso”.

 Felipe no duda en recomendar a Defensa Educación para que cada vez se sumen más deudores del CAE, para que así se puedan olvidar de la deuda y encontrar la tranquilidad financiera que tanto necesitan.

Siempre estuvieron atentos y me contestaron. Hacía preguntas y me explicaban, entonces totalmente recomendable con ustedes. Yo siempre los recomiendo, pero es verdad que hay mucho miedo a esto todavía, porque dicen que puede pasar esto o no sé qué. Yo les explico, pero algunos prefieren pagar en vez de lanzarse y sacarse esta mochila gigante”.

A la gente le puedo decir que desde que se contactan con ustedes, te explican el proceso, después dejar de pagar el primer mes y ya te olvidas, chao, dejas que ustedes trabajen nomás, contestas los correos, lo que piden y chao, te liberas. Yo no me preocupaba del CAE desde que dejé de pagar. Pude surgir de muchas otras maneras, así que pruébenlo, háganlo, atrévanse sin miedo al éxito, viejo”, culmina Felipe.

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