En el año 2015, Verónica González tomó la decisión de acceder al Crédito con Aval del Estado. Su meta era clara: ingresar a estudiar Terapia Ocupacional en la Universidad Andrés Bello. Para Verónica, residente de Cerrillos, obtener el CAE era la única vía viable para financiar sus estudios en una institución privada.
“Ahí recuerdo que cuando fui a firmar el CAE, fue todo una odisea. Nos citaron en un lugar, había una fila muy grande y era como firmar la sentencia a algo que iba a amarrar, pero que no importaba en ese minuto, ya que era para el futuro. Pero el futuro después llega y son hartas cuotas, que no era precisamente lo que uno pidió, lo que a uno le otorgaron”, dice Verónica.
“No lo veía como un ahorro, sino que es más bien la posibilidad de poder estudiar, porque si no es algo que no iba a poder hacer. Cuando salimos del colegio, todos tenemos esa ilusión y deseo de desarrollarnos en un espacio universitario profesional, por ende uno piensa que es un beneficio. Así accedí al CAE, pensando en un beneficio”, detalla Verónica.
En su relato, Verónica señala que durante los primeros meses de su vida universitaria, las preocupaciones sobre el CAE quedaron en segundo plano, consciente de que sería un tema a resolver más adelante, pero siempre con la certeza de que representaría una deuda a largo plazo. Sin embargo, la realidad se hizo patente al finalizar sus estudios y comenzar el proceso de reembolso del crédito, momento en que la preocupación se convirtió en una realidad palpable.
“Yo creo que uno en su desarrollo, a medida que va conociendo más cosas y generando nuevas opiniones, reflexionando acerca del acceso a la educación en Chile, finalmente termina entendiendo que es una carga financiera. Una deuda generacional que en el fondo te amarra, te sentencia, y que es algo que uno se ve imposibilitado de salir”, reflexiona Verónica.
La terapeuta ocupacional relata que, durante sus últimos años universitarios, ya estaba planeando cómo podría hacer frente al pago del crédito. A pesar de ello, también era consciente de que era un problema que tarde o temprano tendría que abordar. Sin embargo, Verónica admite que solo logró pagar una cuota de su CAE, aproximadamente $50.000, antes de decidir detenerse para evitar seguir perdiendo su dinero, optando en su lugar por buscar asesoramiento profesional.
DEFENSA EDUCACIÓN EN SU CAMINO
En ese momento, Verónica González descubrió Defensa Educación. Impulsada por la recomendación de una amiga que estaba a punto de recibir asesoramiento, comenzó a explorar la información que el estudio jurídico compartía en sus redes sociales, centrándose especialmente en los testimonios de antiguos clientes que ya habían completado exitosamente su proceso.
“Me acuerdo que llamé. Estaba muy temerosa al iniciar el proceso, por esto de que ojalá no te notifiquen, además de que se produce mucha desinformación al respecto. Todo ese miedo colectivo de que te pueden embargar, uno lo replica sin conocer. Me acuerdo que recibí una llamada, uno de ustedes me llamó y me explicó la visión muy abierta. Sientes miedo a la decisión, y eso es algo que me marcó mucho, pero es que se te pase este miedo con confianza, porque nosotros te la vamos a entregar, o bien sigues pagando eternamente. Ahí puse en una balanza las cosas y dije que estaba dispuesta a dejarme acompañar en el proceso. No tuve muchas dudas, me generó confianza la página, el contenido, que mi amiga ya lo estuviera haciendo y la llamada, que también me dejó tranquila”, agradece Verónica.
Después de varios meses de un proceso judicial exitoso, gracias al excepcional trabajo de los abogados de Defensa Educación, Verónica logró finalmente liberarse de una deuda CAE de $16.217.201 con Banco Estado. Recuerda vívidamente el momento en que recibió el correo electrónico, pues se encontraba en su antiguo lugar de trabajo. Al principio, no comprendió completamente la información, pero intuyó que se trataba de buenas noticias.
“Se lo pasé a otra persona para que me explique y ahí me dijo que me liberé, que mi proceso terminó por el abandono del procedimiento y que ya estaba lista. No lo podía creer, era una felicidad e impacto. Todas las informaciones que me enviaban, y de hecho es algo que agradezco mucho, me lo explicaban en lenguaje más común, más cotidiano. Ahí me explicaron en palabras sencillas que esto ya había terminado, que había salido a mi favor y que terminé el proceso”, recuerda Verónica.
Verónica reconoce que sintió una profunda tranquilidad al comprender el contenido del correo electrónico. Haber concluido un proceso de dos años le llenó de inmensa alegría, destacando siempre, por encima de todo, la confianza que depositó en Defensa Educación para lograr su liberación del CAE.
“El tener una deuda y una carga financiera como tan importante en la cabeza, y sobre todo que trabajo también en el rubro de la salud mental, viene asociado a muchas cosas, como estrés, estar ansiosa o muy preocupada. En el fondo, esa tranquilidad de verdad llega. Yo sentí, en ese minuto, la necesidad de contarle al mundo; de hecho, subí una historia. Esto me permite pensar y proyectar lo que iba a disponer de ese dinero, como pensar mucho más en mí, en mis proyecciones, cuidar de mí misma y ponerme metas realistas frente a lo que yo quiero, eso es muy valioso”, expresa la ex deudora del CAE.
¿RECOMIENDAS A DEFENSA EDUCACIÓN?
Por último, Verónica González no tiene ninguna duda en recomendar a Defensa Educación, ya que “desde el minuto uno siempre fueron muy amables al proceso, al seguimiento, a poder explicarme mil y una veces con mucha disposición para entender. Es harto el tecnicismo, pero esa amabilidad y disposición para poder explicarme, es algo de lo cual estoy muy agradecida”.
Finalmente, Verónica expresa su profundo agradecimiento por la confianza que el equipo jurídico de Defensa Educación le inspiró. Por ello, ha recomendado y orientado a amigos y conocidos para que inicien su propio proceso de liberación del CAE junto a este estudio jurídico.
“Lo que me gustó mucho es que se adecuan a cada proceso, a cada temporalidad en la que uno está. Creo que es mucha la confianza que entregan, y eso es una tranquilidad para uno. Me gustaba mucho que me pudieran asesorar respecto a la notaría, a enviar un papel y eso es algo que yo hacía a tiempo, estaba muy comprometida con eso, full recomendados”, concluye Verónica.